Educación

Iberoamérica, juventud y la era postcovid

Artículo escrito por Nadia Ramos Serrano

El Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (OIJ) como interlocutor natural para la juventud se ha visto alejado de su mandato y de las transformaciones que demandan las nuevas generaciones. La gran oportunidad de la elección de un nuevo Secretario General en el segundo semestre del 2024 es clave para la renovación del único ente internacional en materia de juventud.

La COVID-19 generó un impacto negativo en el área sanitaria, social y económica, que cobró muchas vidas humanas. La pandemia profundizó aún más las desigualdades, generó la recesión económica más profunda de la historia, hoy después de analizar las cifras y consecuencias de la pandemia podemos concluir que los más afectados fueron los adolescentes y jóvenes, especialmente fueron los más vulnerados en sus Derechos Humanos ¿Por qué? por las medidas que se tomaron para sobrevivir a la pandemia significaron para ellos no asistir presencialmente a las escuelas, universidades por otro lado millones de jóvenes perdieron sus empleos y se interrumpieron servicios específicos, y el golpe final fueron las rígidas medidas de confinamiento que de una u otra manera sabemos que afectaron aún la salud mental de los adolescentes y jóvenes.

En ese contexto, quiero señalar que una de nuestras preocupaciones siempre fue el empleo juvenil antes y después de la pandemia, según el Banco Mundial informa que más de 40 millones de personas que habrían tenido un empleo en condiciones normales (sin pandemia) no lo tenían, lo que agravó las tendencias de desempleo juvenil. Los ingresos de los jóvenes se contrajeron un 15 % en 2020 y un 12 % en 2021. Los nuevos participantes con menor nivel de educación tendrán ingresos un 13 % menores durante sus primeros 10 años en el mercado laboral. Los datos de Brasil, Etiopía, México, Pakistán, Sudáfrica y Vietnam indicaron que el 25 % del total de los jóvenes no recibió educación, empleo ni capacitación en 2021. “Las personas que hoy tienen menos de 25 años, es decir, las más afectadas por la erosión del capital humano, conformarán más del 90 % de la fuerza laboral en plena edad productiva en 2050”, dijo Norbert Schady, economista en jefe de Desarrollo Humano del Banco Mundial.

Vía Unsplash

Tenemos que pensar y repensar en los más de 160 millones de jóvenes conforman Iberoamérica, ¿Qué están haciendo las instituciones nacionales? ¿y los Organismos Internacionales que trabajan por los jóvenes, son agiles? Esperamos que ellos estén trabajando en políticas públicas y continúen con el trabajo de reconstrucción y recuperación económica, esta etapa que han iniciado los Gobiernos signifique una gran oportunidad para asegurar una mejor calidad de vida a las nuevas generaciones y estemos preparados para responder a la crisis económica, sanitaria, inseguridad alimentaria, cambio climático, y la migración a la que está expuesta esta generación y las que vendrán. Iberoamérica llama especialmente la atención, por ser una región esperanzadora, con el porcentaje de personas jóvenes y, pero, a su vez es una región que debe trabajar en su desigualdad.

Una y otra vez los lideres hablan sobre la oportunidad del “Bono demográfico” y de “la década de América latina”. Esas oportunidades requieren andamiaje y fortaleza de las instituciones; si se quiere asegurar un reflejo de ese esfuerzo en el campo regional habrá que posibilitar respuestas al elevado número de voces críticas sobre la gobernanza y la transparencia de los Organismos. 

El Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (OIJ) como interlocutor natural para la juventud se ha visto alejado de su mandato y de las transformaciones que demandan las nuevas generaciones. La gran oportunidad de la elección de un nuevo Secretario General en el segundo semestre del 2024 es clave para la renovación del único ente internacional en materia de juventud. Solo habría que preguntar dos cosas para confirmar: a donde están los resultados de su trabajo, el informe de labores y de las cuentas. Incluso se desconoce quienes conforman su Consejo Directivo, pues no es información pública. 

Sabedores del panorama anterior, un grupo de personas jóvenes procedentes de la sociedad civil, la academia, el ámbito público, el sector empresarial, nos hemos aglutinado en el movimiento de la sociedad civil por el OIJ. Este grupo de personas jóvenes que estamos participando desde las diferentes latitudes de Iberoamérica, busca contribuir con contundencia y soluciones concretas al organismo. Por ello, hemos marcado una agenda programática que canaliza los retos, propuestas y alternativas que desde la sociedad civil se están construyendo en un proceso de diálogo y representatividad regional. El punto culmine del movimiento será la entrega de un documento, del más alto nivel, a la nueva secretaría general del OIJ que será electa en el año 2024.

Estamos prontos a ingresar en una etapa aún más avanzada de transición demográfica, en la que se producen descensos de la cantidad de jóvenes –estrenando así tasas negativas de crecimiento de este segmento de la población– y se refuerza la caída en el porcentaje de jóvenes, y nos toca prepararnos para el incremento de la población adulta mayor, y las necesidades de este grupo poblacional es otro.

Aún nos queda un periodo importante del bono demográfico por lo que la transformación post pandemia ha de marcar a los Gobiernos de Iberoamérica a la inversión en nuevas políticas públicas, que están estén orientadas en la formación, capacitación, para generar empleos para la población joven asimismo disminuir la inseguridad, la precariedad y la informalidad que caracteriza a los mercados laborales de la región latinoamericana.

Finalmente es importante continuar promoviendo y fortaleciendo los valores de la cohesión social, los derechos humanos y la participación de los jóvenes en todos los espacios de poder, necesitamos involucrar a los jóvenes para garantizar una Democracia plena. La llama del fuego nuevo aún persiste. Iberoamérica, la juventud y el renovado compromiso merecen la pena.

Nadia Ramos Serrano es la CEO del Centro de Liderazgo e innovación para Mujeres en las Américas y fundadora del Movimiento de la Sociedad Civil por la OIJ.

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