Los seres humanos empezamos a desarrollar una pasión desde pequeños. Los de espíritus más sensibles se inclinan hacia el arte, los que disfrutan de transmitir conocimientos van hacia la educación y los que acompañan a sus familiares en la preparación de la comida posiblemente se conviertan en grandes cocineros.
También existe una tendencia muy común y apasionada que se empieza a desarrollar desde una edad muy joven, como lo son los deportes. Prácticamente todos los jugadores profesionales empezaron desde una edad muy temprana, haciéndole caso a esa voz que les pedía y rogaba que salieran al patio a jugar con el balón.
El apoyo de la familia
Lo más importante para el pleno desarrollo de esa pasión que forma parte de la personalidad del niño, es el completo apoyo y guía de los familiares (padres, abuelos, tíos o cualquier otro representante). Los pequeños requieren del sustento y la motivación de las personas influyentes.
Si eres uno de esos padres que apoyan a sus hijos y quieres que sea el mejor, debes tener en cuenta que requerirá de un entrenamiento continúo para que desarrolle las adecuadas competencias y sea apto en un futuro para convertirse en un jugador profesional.
Pero antes de invertir dinero para que entrene, confirma que él de verdad quiere ser deportista. Que, por ejemplo, desea ser uno de los mejores futbolistas del mundo. Si realmente te das cuenta que su pasión es el fútbol, entonces es hora de ahorrar para cubrir los gastos del entrenamiento.
¿Quieres que sea el mejor?
Si desde muy pequeño quiere ser futbolista, puedes meterlo en alguna formación básica del deporte para que, una vez que cumpla los diez años aproximadamente, puedas ingresarlo en divisiones inferiores de equipos de profesionales.
Si tu bolsillo te permite para un poco más, siempre es recomendable contratar un entrenador particular. De esta manera, el niño tendrá a alguien profesional que esté pendiente solamente de él para así pulir errores y mejorar jugadas.
Los colegios casi siempre tienen equipos de fútbol y de otros deportes. Recomiéndale que se una a ellos. Los campamentos de verano también son una increíble opción para que el chico no pierda la práctica y se dedique por varios días al deporte mientras está de vacaciones.
Por lo demás, ten guardado algo por si ocurre algún accidente y debes pagar al médico. También siempre tendrás que vaciar la billetera para pagar uniformes, balones e instrumentos necesarios para el niño deportista.
Pero recuerda siempre asegurarte que tu hijo realmente quiere hacer las cosas que le ofreces. Esto es sumamente importante. Y si dice que sí y ves que es honesto contigo, entonces no nos queda otra cosa más que decir que: “¡Adelante!”. Conviértete en el padre del mejor futbolista (o de cualquier otro deporte) del mundo.