Vivimos en la era de la información, de la comunicación y los medios digitales. Esto nos da unas ventajas en muchos aspectos con relación a nuestros antepasados, pero todo tiene su parte negativa.
En Internet se almacena una cantidad de información incontable sobre los hábitos de todos aquellos que navegamos en ella. Nuestros historiales de pago, los viajes que hacemos, con quién nos reunimos, nuestras opiniones en diversos temas. Y, así como esto puede ser usado a nuestro beneficio también puede ser usado para negarnos un crédito o un seguro.
Así que: ¿Cómo defenderse ante semejante situación?
Tomando acciones
Lo primero a tener en cuenta es la información que los bancos y otras entidades consideran pertinente a la hora de revisar su historial crediticio a través de las llamadas centrales de riesgo de crédito.
La mayoría de estos organismos no se fijan mucho en lo que colocan los clientes en redes sociales porque la veracidad de esas informaciones colocadas allí no es verificable.
Pero, lo que sí es clave para mantener una buena reputación financiera es el estado del pago de tarjetas de crédito, préstamos bancarios y otras operaciones de esa índole.
Realiza tus pagos a tiempo
Si nos fijamos en eso como prioridad, nuestro norte debe ser mantener esas cuentas al día. Cualquier pago atrasado empezará a reflejarse en las bases de datos del centro de riesgo de crédito.
En este aspecto es necesario verificar qué tan antigua es la mora. Si la misma es de menos de dos años, saldrá como reporte negativo hasta el doble del tiempo que duró hasta que fuera saldada. Ejemplo: Si el pago de la deuda se realizó a los 4 meses, la central lo reportará al banco como mora hasta 8 meses.
Y, si la mora es superior a los dos años puede durar hasta 4 años desde el momento en el que se efectúe el pago del monto pendiente.
Nuestra prioridad será lograr que estas empresas nos den reportes positivos. Estos les dan confianza a los bancos para ejecutar préstamos y a otras compañías como las de seguros, de reanudar servicios.
Es importante tener en cuenta no solo los estados bancarios sino cualquier pago que se haga a entidades gubernamentales o estadales cuenta para este registro (luz, gas, agua).
En definitiva, el Big-Data está modificando la manera en la que los individuos se comportan financieramente. Depende de nosotros demostrar nuestro juicio y mantener nuestras cuentas al día para evitar problemas al necesitar de esas entidades.