Aprender a ahorrar dinero no sólo es bueno para el bolsillo. Si aprendes a controlar tus gastos prescindiendo de los innecesarios la satisfacción que sentirás al ver como aumentan los ahorros es incalculable.
Pequeños ahorros
No es necesario estar atravesando una crisis para darse cuenta que no hay que gastar dinero cuando es posible no hacerlo. Empezar por los pequeños gastos es clave para comenzar a emplear un nuevo plan económico.
Cuáles son los gastos innecesarios depende de dos factores básicamente: consumo habitual y capacidad de resignación. A veces los placer están tan incorporados a la rutina que prescindir de de ellos es muy difícil.
Por ejemplo a un hombre acostumbrado a ir en taxi todos los días al trabajo, tomar el transporte público o ir caminando es un gran sacrificio. Lo mismo ocurre con una mujer que todos los meses gasta dinero en la peluquería cuando bien podría no hacerlo.
Tener metas
Para que el plan sea efectivo y constante se deben tener metas a corto y largo plazo. De esta manera uno estará motivo a seguir en carrera e ir por ellas. El premio será lago que se anhele y no se obtenga con facilidad. Por ejemplo comprar ese plasma para ver el mundial o redecorar el hogar.
Aunque los mismos pueden ser de todo tipo, lo más aconsejable es que sean bienes materiales que al verlos uno sienta que el sacrificio vivido valió la pena. De esta manera las ganas de seguir ahorrando nunca desaparecerán y la autoestima irá en aumento al igual que el “chanchito”.
Tener apoyo
Si estás estimando gastos se lo debes comentar a tu entorno. No debes sentir vergüenza ni mucho menos en hacer esto público ya que la capacidad de ahorro es una cualidad muy importante en personas de todas las edades. Además, puede que tu entusiasmo los contagie y se sumen al plan.
En grupo es más sencillo ahorrar sin darse cuenta. En el trabajo se pueden recurrir al viejo taper en lugar de ir a un restaurant a almorzar. Los mismo sucede en los grupos de amigos, los fines de semana lo mejor es comenzar la noche con pizza en alguna casa y luego salir de parranda.
Ahorrar no tiene por qué ser difícil, sólo es necesario disciplina y paciencia para comenzar a ver los progresivamente sus frutos. Esto no es un sentimiento ni actividad pasajera, ahorrar es un estilo de vida.