Un informe presentado por la Dirección de Emprendimiento de la Universidad Antonio Nariño (UAN) asegura que en Colombia todavía falta por empoderar a los jóvenes respecto a la cultura del emprendimiento, haciendo énfasis en que actualmente el deseo de hacer empresa está presentando una tendencia a bajar entre el 2014 y 2016.
Siendo así, en este periodo se pasó del 71% al 65% en la intención de querer crear empresa por parte de los universitarios. En palabras de Claudia Milena Hoyos, jefe de la Unidad de Promoción al Emprendimiento de la Universidad: “Aunque Colombia cuenta con un sólido sistema en el que intervienen varios actores y que dinamiza la cadena de valor del emprendimiento –pre-incubación, incubación y aceleración de las ideas de negocio–, las cifras siguen mostrando un panorama desalentador”
Por otro lado, un estudio de la Asociación de Emprendedores de Colombia (ASEC) reportó que el 56% de los colombianos aseguraron que las universidades no están formando emprendedores, el cual podría ser un facilitador para motivar a los jóvenes a que desarrollen ideas innovadoras de negocio y con esto hacer frente a los críticos índices de desempleo juvenil, que según el Dane, superan el 16% en el país.
Claudia Hoyos también aseguró que: “elementos como los bajos niveles de innovación, la falta de mercado, el poco dinero en efectivo, la relación precios/costos y productos pobres, entre otros, hacen que los emprendimientos no sean competitivos y fracasen en muy corto plazo”
Según la jefe, esta característica también es muy visible en América Latina, quien presenta debilidad respecto al mercado de emprendedores.
Por otro lado, un elemento adicional que dificulta este panorama es la supervivencia de los negocios. Por ejemplo, en Colombia, de las empresas que emprenden, tan solo el 55% sobrevive el primer año, el segundo 41% y el tercero 31%. Al respecto Hoyos afirmó: “Según el GEM, solo el 6% de las nuevas empresas resisten más de 3 años y medio en Colombia”
Respecto a las dificultades que enfrentan los jóvenes que quieren emprender en el país, el informe señala que están relacionadas con la falta de educación en emprendimiento, al igual que los escasos recursos para comenzar con un proyecto y los altos impuestos que deben enfrentar.
En el campo del financiamiento las noticias tampoco son muy alentadoras, por ejemplo el 17% de los empresarios inicia con recursos propios, el 13% con deuda y el 7% con capital semilla. Lo curioso es que únicamente el 3% hace uso de los recursos públicos disponibles, 3% ángeles inversionistas y un 0,5% capital de riesgo.
El informe relata: “Estas cifras muestran un ecosistema débil pues, aunque se cuenta con muchos emprendedores, no se presentan buenos números en cuanto a la utilización y acceso a esos recursos”
Otra dificultad que se resalta es la falta de legalidad y cómo realizarlo, pues muchos emprendedores cuando deciden iniciar su empresa tienen carencia de el proceso de constitución formal y jurídicamente.
Claudia Hoyos al respecto dijo: “históricamente se ha relacionado el concepto de crear una empresa con la formalización, y lo primero que hace el emprendedor es acercarse a una Cámara de Comercio, olvidándose de validar si su idea de negocio es innovadora, dejando de lado la empatía que pueda generar su producto o servicio con el usuario, y aplazando la decisión de hacer un prototipo de servicio y de producto con el cual pueda satisfacer la necesidad del cliente”
El informe igualmente toca otros temas que evidencian las principales falencias del campo del emprendimiento en Colombia, tales como falta de acompañamiento y asesoría, baja disponibilidad de recursos financieros para apoyar la industria, entre otros.
Hoyos concluyó: “Si se tiene en cuenta que la formalidad exige que todas las empresas tributen sin importar sus niveles de ventas, actualmente los costos de los impuestos se convierten en una barrera importante que desmotiva a los jóvenes que desean emprender”