Existen muchos paradigmas relacionados a crear negocios con familiares o amigos. Sin embargo, este tipo de emprendimientos son un gran contribuyente para cualquier economía, ya que a nivel mundial, entre el 70 y el 80 % de las empresas son administradas entre familiares o amigos. Las relaciones cercanas pueden ser una gran fuente de apoyo e influencia positiva en una nueva idea o negocio.
Un estudio centrado en el desarrollo de nuevos negocios dentro de las universidades, muestra que los amigos pueden ser socios comerciales exitosos. Especialmente para los estudiantes, los colegios y universidades que ofrecen una gama de apoyo para que entre colegas de estudios puedan desarrollar modelos de negocios exitosos.
Para nadie es un secreto que en el mundo del emprendimiento es mucho más fácil escalar cuando se cuentan con un equipo de trabajo sólido y diverso, donde cada uno aporta al desarrollo y al cumpliento de las funciones con el objetivo de alcanzar las metas establecidas.
En ese sentido, los fundadores deben confiar unos en otros y comprender los gustos, disgustos y ambiciones de los demás, y así es probable que se pueda predecir cómo reaccionarán en tiempos de crisis o incertidumbre. Con esto en mente, es fácil convertir una relación amistosa o familiar en una relación comercial.
Por supuesto y como todo en la vida, las cosas no siempre funcionan de la mejor manera y habrá momentos difíciles que enfrentar. Lo que puede comenzar como disputas o desacuerdos ocasionales sobre la dirección de la startup. Esto puede generar resentimiento, un declive en el negocio y la relación e incluso problemas legales.
Un negocio que involucra a familiares o amigos puede alterar seriamente el equilibrio entre el trabajo y la vida, lo cual es fundamental para el éxito empresarial. La falta de límites y el tiempo adicional dedicado a discutir el trabajo pueden interferir con su relación personal, lo que lleva a la fatiga y el resentimiento.
Para evitar situaciones incómodas es necesario tener en cuenta estos cuatro consejos útiles a la hora de lanzar una startup entre amigos o familiares. Estos son:
Transparencia:
Los líderes de las startups deben tener claro desde el inicio cuáles serán los objetivos a corto y largo plazo. Los involucrados deben ser transparentes unos a otros a la hora de establecer la ruta a seguir o el rumbo que debe llevar el negocio.
Seguridad y legalidad:
Además de registrar oficialmente la empresa, los fundadores deben ponerse en contacto con un abogado de propiedad intelectual para recibir orientación experta sobre cómo proteger de manera justa las contribuciones iniciales y en curso con marcas comerciales, patentes y derechos de autor apropiados cuando sea necesario.
Priorizar:
Esto es lo que agrega un valor distintivo a las startups. Recordar qué habilidades traes a la mesa. Incluso con amigos, esta no es una oportunidad para simplemente pasar el rato y divertirse. Aunque es importante aprender a disfrutar del proceso que se lleva cuando se trabaja en un emprendimiento, se debe tener claro que está en juego nuestro dinero y nuestro tiempo.
El equipo de trabajo debe estar compuesto por personas con una variedad de habilidades y experiencias que aporten creatividad, múltiples perspectivas y resiliencia en medio de cambios inevitables.
Empatía con el otro:
Al igual que la volatilidad de los negocios, nuestras vidas pueden cambiar instantáneamente. Los fundadores deben tener en cuenta los cambios en los patrones de trabajo, los estilos de vida y los eventos importantes para mantener la salud, la felicidad y la estabilidad.
Los aspectos anteriores son fundamentales para poder mantener una armonía completa en el equipo. Además es relevante cuando los amigos que son copropietarios de un negocio se encuentran en etapas similares de la vida, como formar una familia o casarse.
Mostrar compasión y prepararse para estos factores, cuando surjan, puede reducir la tensión y el conflicto en el funcionamiento diario de una empresa.